¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

El reflujo gastroesofágico o RGE es una condición en la que el contenido del estómago regresa al esófago, causando una variedad de síntomas que pueden resultar incómodos y perturbadores. Este fenómeno ocurre principalmente debido a un mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior (EEI), que actúa como una válvula entre el esófago y el estómago. Cuando este esfínter no se cierra adecuadamente, se permite el paso del ácido estomacal hacia el esófago, lo que puede provocar irritación y inflamación en su revestimiento.

Para entenderlo mejor, os dejo con una analogía: es como una tapa que debería permanecer bien cerrada para evitar que lo que contiene se escape. Sin embargo, a veces esa tapa se afloja o no cierra por completo, permitiendo que lo que hay en su interior se derrame hacia afuera, causando molestias y alterando el entorno que no está preparado para recibirlo.

Síntomas del RGE

Acidez gástrica: sensación de ardor en el pecho que puede irradiarse hacia la garganta, causada por la subida del ácido del estómago al esófago.

Regurgitación: retorno del contenido estomacal hacia la garganta o la boca.

Dolor en el pecho: puede confundirse con otros problemas cardíacos pero puede ser causado por la irritación esofágica.

Tos crónica: irritación de las vías respiratorias debido al ácido estomacal, que puede empeorar al acostarse o hacer ejercicio.

Dificultad para tragar (disfagia): sensación de que los alimentos se atascan o molestias al tragar.

Eructos excesivos.

Sensación de nudo en la garganta.

Mal aliento.

Causas del RGE

En primer lugar, la dieta juega un papel fundamental. Alimentos como las frutas cítricas (kiwi, naranja, limón), las comidas altas en grasa, el chocolate y los alimentos picantes pueden favorecer el reflujo al relajar el EEI. Además, el embarazo es un factor de riesgo significativo debido al aumento de la presión sobre el estómago a medida que avanza la gestación, especialmente en los últimos trimestres del embarazo.

La obesidad también se ha relacionado estrechamente con el reflujo por el mismo motivo que el embarazo, ya que se aumenta la presión intraabdominal. Por otra parte, el consumo de tabaco y alcohol puede debilitar el esfínter esofágico, facilitando el regreso del contenido gástrico hacia el esófago.

La hernia de hiato también puede aumentar el riesgo de desarrollar RGE. Esta condición ocurre cuando la parte superior del estómago sube hacia el tórax a través del diafragma, lo que puede comprometer la función del EEI.

Tratamiento nutricional para el RGE

El tratamiento nutricional del RGE se centra en la modificación de la dieta y los hábitos alimentarios para aliviar los síntomas y minimizar los episodios de reflujo. Una de las estrategias más efectivas es la identificación y eliminación de alimentos que pueden desencadenar o agravar el reflujo. Como hemos visto, alimentos como las comidas picantes o altas en grasa, el chocolate y las frutas cítricas pueden favorecer el reflujo. Además, la cafeína, las bebidas carbonatadas, el tabaco y el consumo de alcohol se asocian con un aumento de los síntomas.

Las frutas no cítricas, las verduras, legumbres, frutos secos, semillas, granos integrales, pescados y carne magra son las opciones más seguras y beneficiosas para quienes padecen RGE. Además, es recomendable aumentar el número de veces que se come a lo largo del día, disminuyendo las raciones, ya que de esta forma no aumentará tanto la presión sobre el EEI.

Es aconsejable evitar acostarse inmediatamente después de comer, ya que esto puede favorecer el reflujo. Además, mantener un peso apropiado para tu condición física y tu situación es fundamental, ya que el exceso de peso puede contribuir significativamente al desarrollo del RGE.  La modificación de los hábitos y del estilo de vida puede llegar a ser complejo, por lo que es recomendable consultar a un nutricionista especializado en patologías digestivas para que te guíe en lo que se trata a alimentación y hábitos de vida saludables.