Comprendiendo la artrosis y su relación con la alimentación

La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta principalmente a las articulaciones, que llega a causar dolor, rigidez y pérdida de movimiento. Es más común en las rodillas, las manos, las caderas y la columna vertebral. Los principales síntomas de la artrosis incluyen dolor articular, inflamación y rigidez debido al deterioro del cartílago articular. Estos síntomas pueden variar en intensidad, desde molestias ligeras hasta dolores severos, afectando significativamente la calidad de vida de los pacientes.

Una alimentación adecuada juega un importante papel en el desarrollo de la artrosis, pudiendo retrasar la aparición de la misma. Ciertos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir los síntomas de la artrosis. Por ejemplo, una dieta rica en ácidos grasos omega-3, encontrados en pescados grasos como el salmón o frutos secos, puede disminuir la inflamación en las articulaciones. Asimismo, el consumo de frutas y verduras ricas en antioxidantes como las bayas y las espinacas proporciona nutrientes esenciales que combaten el daño celular.

Además, los alimentos ricos en vitamina D y calcio son vitales para la salud ósea. La vitamina D ayuda en la absorción del calcio, que es necesario para mantener huesos fuertes y prevenir la pérdida ósea que puede agravar la artrosis. Además, también es importante evitar alimentos que pueden exacerbar la inflamación, como los azúcares refinados, grasas trans y productos ultraprocesados.

Los factores genéticos también juegan un papel importante en la aparición de la artrosis. Las personas con antecedentes familiares de artrosis tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Asimismo, un estilo de vida saludable, incluido el mantenimiento de un peso adecuado y la práctica de ejercicio regular, puede influir significativamente en la progresión y gravedad de la artrosis.

Alimentos antiinflamatorios y su beneficio en la artrosis

frutos secos

Incorporar alimentos con propiedades antiinflamatorias puede ofrecer un alivio significativo. Entre estos alimentos, los pescados ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón, la caballa y las sardinas, son fundamentales, aunque también se puede hacer uso de opciones vegetales como las nueces, las semillas de lino o de chía (previamente trituradas) y la soja. Los omega-3 pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar los síntomas de la artrosis.

Las frutas y verduras ricas en antioxidantes también son esenciales en la artrosis. Bayas como los arándanos, las fresas y las frambuesas contienen antocianinas, compuestos que tienen efectos antiinflamatorios. Otros aliados son las verduras de hoja verde como la espinaca y el kale, cargadas de vitaminas y minerales esenciales. Además, las naranjas, los tomates y los pimientos rojos proporcionan una buena cantidad de vitamina C, que ayuda en la reparación del cartílago.

Las especias desempeñan un papel complementario en la alimentación artrosis, aunque no son milagrosas. El jengibre y la cúrcuma, por ejemplo, son conocidos por sus potentes propiedades antiinflamatorias. La cúrcuma contiene curcumina, un compuesto que puede ayudar a disminuir de manera efectiva la inflamación en las articulaciones.

Una manera de integrar estos alimentos en la alimentación sería por ejemplo una ensalada de espinacas con fresas, nueces y aderezo de vinagreta de cítricos. Otra opción sería un curry de salmón con cúrcuma y jengibre. Se puede preparar una mezcla de bayas como desayuno o merienda, acompañadas de yogur natural para un aporte adicional de probióticos, que también apoyan la salud general. Estos son ejemplos que puedes adaptar fácilmente a tu día a día, aunque siempre puedes optar por acudir a un dietista-nutricionista para que te ayude de forma personalizada.

Nutrientes clave para el mantenimiento de las articulaciones

lácteos

El calcio es uno de los minerales más importantes para el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones. Una ingesta adecuada de calcio ayuda a evitar la pérdida ósea y mantiene la estructura ósea robusta. Este nutriente puede encontrarse en productos lácteos, vegetales de hoja verde, algunos frutos secos y en las espinas de los pescados, como unas sardinas enlatadas. Es esencial para personas con artrosis consumir entre 1000 y 1200 mg diarios de calcio, dependiendo de la edad y el sexo.

La vitamina D, por otro lado, es fundamental para la adecuada absorción del calcio. Sin niveles suficientes de vitamina D, todo el calcio que se consuma podría no ser aprovechado de manera efectiva por el organismo. Esta vitamina se obtiene principalmente a través de la exposición al sol. La vitamina D se encuentra en alimentos como los pescados grasos, yemas de huevo y productos fortificados. Los expertos recomiendan una ingesta diaria de alrededor de 600 a 800 IU para mantener niveles óptimos en el cuerpo.

El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano. Constituye una parte importante del cartílago que cubre las terminaciones de los huesos en las articulaciones. El consumo de suplementos de colágeno se suele utilizar para ayudar a regenerar el cartílago dañado y a reducir el dolor articular, aunque no es del todo efectivo. Antes hemos visto que el colágeno es una proteína, la cual está formada por una serie de aminoácidos concreta. Cuando se ingiere un alimento o, en este caso un suplemento de colágeno, el sistema digestivo se encarga en degradar los nutrientes en sus unidades estructurales, en el caso de las proteínas se descomponen en aminoácidos. Es decir, al tomar suplementos de colágeno, tu sistema digestivo se encargará de degradarlo, por lo que el colágeno no llegará intacto a tus articulaciones y, por tanto, no será efectivo.